Mi experiencia con MatrimonioCampestre fue pésima y la verdad es que a 1 mes del matrimonio decidimos no seguir con ellos.
Sebastián se muestra simpático y un entendido en el tema. Confiamos y firmamos contrato. Todo bien, buena disposición siempre, pero todo se derrumbó el día de la degustación.
La primera desilusión fue al llegar y ver que no había mesa montada, nos atendió en su escritorio. Luego empezamos a probar el menú...mala presentación, pésima preparación, sopaipillas sobre fritas, panes duros "porque se me quedaron en el horno, pero el día del matrimonio estarán menos rato en el horno". Además de eso, no nos hizo degustación de nada del almuerzo (un asado con sus acompañamientos). Cuento corto, nos fuimos muy desilusionados y preocupados porque lo que probamos nos daba vergüenza servirlo a nuestros invitados. Además, si no fue capaz de preparar algo bueno para dos personas, ¿cómo sería para 100 personas?
Exigimos una segunda degustación para poder probar todo lo que solicitamos que mejorara y todo lo que no presentó en la primera ocasión. Una vez más NO CUMPLIÓ con lo que le pedimos y sólo nos hizo probar el asado. Además tuvo un trato que deja mucho que desear.
Importante mencionar que uno debe pagar el total del matrimonio 1 mes antes del evento, a diferencia de las banqueteras tradicionales)
Finalmente, el día 9 de octubre (1 mes antes de mi matrimonio) puse fin al contrato con Matrimonio Campestre - (Sincocina) y aún no recibo respuesta.
En palabras simples, muy mal servicio.