Nuestra anécdota
Era un día domingo, habíamos peleado por una tontera, como los domingos solíamos ir a la iglesia en la tarde.
Así que como a las 7 de la tarde fui a la iglesia me senté en una banca atrás sola, el ya estaba sentado unas bancas más adelante; fue tan incómodo estar los dos en el mismo sitio pero separados, así que decidí sentarme en el segundo piso. Cómo 30 minutos más tarde sentí que mi celular vibraba, era mi suegro . Decidí ir a contestarle, me dijo que Juan estaba buscándome y estaba preocupado.